Asturianos en Chile

Cuaderno de viaje de nuestros reporteros

Asturianos en Chile

- noviembre de 2010Ángela López 

Después de 16 horas de avión aterrizamos en Santiago de Chile.

Fue una sensación extraña. A pesar de la tremenda distancia que nos separa, había algo familiar en aquella ciudad…

Rápidamente nos recordó a Europa!

Chile es uno de los países más desarrollados de Latinoamérica y su capital, Santiago, es una metrópoli moderna con una intensa vida cultural.

Los chilenos son amables, cercanos, acogedores… AH! pero no espere entenderlos mucho cuando hablen porque son especialistas en comerse sílabas y hablar rapidísimo.

Nada más llegar a la ciudad el paisaje que nos encontramos fue espectacular.

Desde casi cualquier punto divisábamos la imponente cordillera de los Andes y lo mejor era saber que a una hora escasa teníamos el océano Pacífico.

Queríamos verlo todo y con la ayuda de nuestros seis asturianos casi lo conseguimos.

Con Daniel visitamos el Palacio de la Moneda, la Plaza de Armas, la Iglesia catedral y subimos al cerro San Cristóbal donde pudimos disfrutar de una extraordinaria panorámica de la ciudad, eso sí, empañada por un halo de contaminación

Rosa nos llevó a una de las casas de Pablo Neruda, ilustre poeta chileno al que casi en cada esquina se rinde tributo. A pesar de su acomodada vida, Rosa aún se emociona cuando habla de Oviedo y de su familia.

Jesús nos enseñó el mar. Visitamos con él Viña y Valparaíso dos preciosas localidades costeras que, desde hace décadas, son el balneario por excelencia de la clase acomodada chilena.

Elpidio lleva toda una vida en Santiago pero continúa con el corazón en su querida Asturias. Él y su hija no quisieron que nos fuéramos si probar un típico asado chileno y nos pusimos las botas!

Por cierto, los amantes de los buenos vinos aquí se sentirán en el paraíso.

Miguel Ángel es fotógrafo y quién mejor que él para guiarnos por el barrio predilecto por los bohemios: Bellavista.

La familia Vásquez nos robo el corazón. Viajamos hasta los Andes para conocerlos y mereció la pena. La situación económica les obligó a emigrar pero siguen profundamente enamorados de “su patria”. El sueño de esta encantadora familia es poder, algún día, regresar al lugar en el que fueron felices…

GRACIAS a todos ellos por su tiempo, su amabilidad y su hospitalidad.

Fotos de nuestro viaje: